Un HMO para cada bifidobacteria
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Nutrición, Salud y Bienestar
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El primer año de vida del bebé es crítico para el establecimiento del microbioma intestinal, afectado en gran medida por la dieta del recién nacido, especialmente la leche materna. Los oligosacáridos de la leche materna (HMOs, del inglés Human Milk Oligosaccharides) juegan un papel positivo en el establecimiento de una microbiota sana en el intestino del recién nacido, al favorecer el crecimiento de bifidobacterias, aunque también algunas especies de Bacteroides y Lactobacillus.
Recientemente se ha visto que, dependiendo de la estructura de estos oligosacáridos, las bifidobacterias consumen unos HMOs u otros según sus preferencias. Así, por ejemplo, Bifidobacterium infantis consume todo tipo de HMOs, mientras que B. bifidum es más selectivo.
Bifidobacterium breve consume de manera importante HMOs como la lacto-N-tetraosa (LNT), llegando a niveles tan elevados como los de B. infantis. En el caso de B. longum, la bifidobacteria dominante en el microbioma intestinal del bebé, todas las cepas consumen LNT, y algunas también lacto-N-neotetraosa (LNnT) y 2’fucosil-latosa (2’FL).
Los resultados de esta revisión refuerzan el papel de la lactancia materna y la influencia de los HMOs en el establecimiento de un microbioma saludable, e indican que las futuras investigaciones deben ahondar en la identificación de qué HMOs favorecen el crecimiento de aquellas bifidobacterias más adaptadas al intestino del bebé.
Fuente: Food Microbiol. 2018 Oct;75:37-46 “Human milk oligosaccharides and infant gut
bifidobacteria: Molecular strategies for their utilization”.
Autores: Thompson P et al.
Ver artículo original
Recientemente se ha visto que, dependiendo de la estructura de estos oligosacáridos, las bifidobacterias consumen unos HMOs u otros según sus preferencias. Así, por ejemplo, Bifidobacterium infantis consume todo tipo de HMOs, mientras que B. bifidum es más selectivo.
Bifidobacterium breve consume de manera importante HMOs como la lacto-N-tetraosa (LNT), llegando a niveles tan elevados como los de B. infantis. En el caso de B. longum, la bifidobacteria dominante en el microbioma intestinal del bebé, todas las cepas consumen LNT, y algunas también lacto-N-neotetraosa (LNnT) y 2’fucosil-latosa (2’FL).
Los resultados de esta revisión refuerzan el papel de la lactancia materna y la influencia de los HMOs en el establecimiento de un microbioma saludable, e indican que las futuras investigaciones deben ahondar en la identificación de qué HMOs favorecen el crecimiento de aquellas bifidobacterias más adaptadas al intestino del bebé.
Fuente: Food Microbiol. 2018 Oct;75:37-46 “Human milk oligosaccharides and infant gut
bifidobacteria: Molecular strategies for their utilization”.
Autores: Thompson P et al.
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